ocaso
Siempre supe amar, pero jamás fui amada. El silencio de la calle me perturba y me hace caminar ligero por la vereda que me lleva directo a casa. Veo a un hombre caer de una escalera creando el efecto transparente sobre mi, me impactó pero sigo de largo. Tal vez sería más factible regresar y preguntarle qué pasó ¿qué puedo hacer para ayudarlo? Pero me tiemblan las manos ante lo nuevo que requiere levantar la jarra que choco contra el piso para arreglarla, porque a mi nunca me enseñaron que lo roto puede ser reparado, lo roto siempre paso al tacho de basura como mi corazón, al cual pobre estoy desde hace años y años reparando. Mientras camino ligero pienso lo hermoso que sería escuchar al hombre levantarse del piso, llamarme desde allí porque reconoció mis grietas. Seguro me enojaré, pero no hay fuego que un abrazo no apasigue, que la paciencia no enseñe y que el amor no extinga. Pero nunca fui amada, tal vez ese sea el amuleto para que corra a encerrarme en casa a cocer mi co...