Diario. Escrito uno. Random

Lo que no escribo me lo mastico, lo termino tragando y pasa derecho por mi garganta casi atorandose, pero largo la tos un toque y vuelvo a ser. Me acomodó el top y miro derecho hacia los puntos vacíos frente a mi, que parecen ser dos amigos que me narran lo que está pasando a mi alrededor mientras yo me hundo entre pinturas, dibujos, libros y música: entre mis drogas. Porque mientras otros se mandan un acido o un porro, yo me encierro en mi cuarto y creo todo el tiempo sin parar, no conozco de la quietud, estoy hablando sin siquiera mover la boca las 24 horas del día. 
Al final, pienso, todo conduce al mismo lugar, a calmar la vida que suele ser tediosa para estos sensibles de más. Pero estoy enamorada de ella, como esas parejas de películas hollywoodenses. La veo hermosa apesar de todo, puedo decir que la amo entonces. 
"¿hasta cuándo, Rubia?" Esa siempre fue pregunta de mi viejo cuando me culumpiaba en una hamaca de la plaza de Villa Krawse y me negaba a bajarme mientras gritaba "¡Más alto, papi!" Entre risas hasta que algo fallaba haciéndome terminar caída. Papá siempre corría hasta mi, me sacudía la tierra mientras fruncía el ceño "Viste que tan alto es peligroso, Yohanita, pero vos nunca aprendes y a mi me cuesta decirte que no porque te quiero mucho. Pero vos tenés que aprender a no pedir tanto, entonces vas a saber que a esa velocidad te vas a caer ¿viste? Ay que huevon que soy, perdóname por favor, rubia, no quise que te cayeras" 
 Papá siempre fue un tipo seguro y tajante, transmitiendo un semblante serio de mal carácter, pero cada vez que me habla de los paisajes de Rodeo, de sus doce perros  y de lo mucho que le gusta combinar la ropa, algo detrás de aquel gesto duro que termina ablandandose un poco, me cuenta que solo es un hombre con una vida demasiado pesada la cual lo llevo a no saber darme abrazos o a mirarme a los ojos cada vez que me dice que me quiere muchísimo y que me extraña. Sin querer queriendo me convertí un poco en el sin previo aviso, así que lo miro fijo cada vez que prende la tele y mira noticias para enojarse con la sociedad por no ser justa con quienes debería. Es un hombre sensible, que le enseñaron de prepo a ser duro, se comió el viaje y ahora no puede volver o no sabe como hacer para no parecer infantil frente toda esta gente de pie. 
Así que cada vez que me atajo mis letras, el llanto, la bronca, la alegría o el grito me acuerdo de mi viejo diciéndome "¿Hasta cuándo, rubia?" Y convierto en río, me desplomó, 
soy una creciente
Así debe verse el agua del dique cuando le bajan las compuertas. 
"De tanto que siente eufórica, antes que histérica: histórica" canta Sara Hebe. 
Yo la tarareo en este mes de cuarentena, mientras entrego trabajos prácticos de la facultad, los apruebo todos, y mi vieja sonríe ampliamente para abrazarme con esa calidez y naturalidad que tanto le envidio, la miro siempre mientras toma mate, escucha música y cuando suena un tango lo baila como si fuera la mejor bailarina de todas, aunque su lado derecho no le responda, sonríe ampliamente cerrando los ojos, y yo y mi viejo la miramos sonriendo también "¿Podemos bailar con vos?" Parecemos gritar a la vez que nos ponemos colorados. Yo bajo la mirada, pero papá con esa seguridad que emana la sigue mirando, ya no están juntos pero físicamente porque no hace falta ser novelista ni amigo de Sabines para darse cuenta que el amor golpea por ese centro  aunque la luna y el sol nieguen comunidad. 
Mamá abre los ojos y se topa con los ojos de papá, pero aparta la mirada para dedicarmela a mí. 
De vez en cuando mi familia deja de estar fragmentada y se une en una mateada pacífica, que significa  poder cruzar caminando el Pacífico desde San Juan para llegar a Francia. Tal vez por eso todo el tiempo estoy creando, porque pasé muchos años en silencio. 
"¿Hasta cuándo, Rubia?" No se, papá, hasta que mi dulce cuerpo de lo último de si, porque si algo aprendí de esta hamaca es que seguramente me voy a caer muchas veces, pero ya aprendí a levantarme sola millones más y sacudirme para subir de nuevo como si no hubiera pasado nada ¿acaso no se trata de eso la vida?  
Algunos nacieron para curar enfermos, papá, 
otros nacieron para firmar papeles de divorcios,
Otros nacieron para correr detrás de una pelota, 
Y otros nacimos para expresar lo que otros humanos callan, en definitiva, papá, 
otros nacimos para el arte. 

"Me siento mamá sonriendo mientras baila un tango" quiero decirle al mundo, para describir la felicidad que me da poder ser. 

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