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Mostrando las entradas de diciembre, 2019

Las falacias

Busque metáforas, señorita. Busque donde sea. Me dice y yo miro por todos lados buscando por el cielo, las paredes, las piedras, las hormigas, las plantas, la vieja de la esquina que barre con el ceño fruncido absorta en su mundo de pensamientos, en el viejo de al lado que le chita a una piba y esta pasa más rápido por la vereda, en mis viejos amando pero no conciliando, en la parra que aguarda y en la violencia no directa que pasan por la TV. No puedo decir que: estoy con sueño por eso las ojeras, porque anoche no dormí de tanto pensar, por lo cual tuve que levantarme de la cama a hacerme un té de tilo, ya que abandoné desde el pucho hasta el vino porque estoy harta de vivir en guerra conmigo misma. Puedo decir entonces que: sueño con la idea del cuerpo en un transe temporal, estas dos lagunas debajo de mis ventanas al alma son el diario de la mañana frente a este mundo de modelos de revista con miedo a la mascaras cayendo sobre...

Jugo

Sublime esperanza de que el mundo sea lo que siempre quise ver, cuando ni yo primera persona aún no cumplo con mis propias ganas de ser. Esta absurda idea humana de querer cosechar diamantes en el árbol de naranjos ¿acaso las naranjas no son diamantes también? Todo brilla bajo estas manos si cumple con su función de quitar soledad a una común tarde de verano. Aparatoso caos de ideas, para aquellos que aún aguardamos por el sol en esta larga noche de invierno. No hace falta más ni menos, tenemos naranjas para aguardar por la primavera. Las ansias de escapar servirán de nafta para correr a través de estos siniestros atropellos a una justa libertad. El mundo es lo que es.

Jaime Sabines: He aquí que tú estás sola

He aquí que tú estás sola y que estoy solo. Haces tus cosas diariamente y piensas y yo pienso y recuerdo y estoy solo. A la misma hora nos recordamos algo y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya somos, y una locura celular nos recorre y una sangre rebelde y sin cansancio. Se me va a hacer llagas este cuerpo solo, se me caerá la carne trozo a trozo. Esto es lejía y muerte. El corrosivo estar, el malestar muriendo es nuestra muerte. Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado quién eres, dónde estás, cómo te llamas. Yo soy sólo una parte, sólo un brazo, una mitad apenas, sólo un brazo. Te recuerdo en mi boca y en mis manos. Con mi lengua y mis ojos y mis manos te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne, a siembra , a flor, hueles a amor, a ti, hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí. En mis labios te sé, te reconozco, y giras y eres y miras incansable y toda tú me suenas...