Los escritores
Y cuando escribo
se libera la piel en desgarros
la tinta parece volverse carne
para después llorar en las hojas,
voy a escribir para limpiar
el lastre de los encadenados.
El alma va escupiendo
años dormidos
y sentimientos atorados.
llegando a un punto
en el cual el dolor se convierte
en flores, y va desbordando,
creando manantiales
de buenos presagios que juegan
a ser antiguas historias del llano.
Las letras bailan sobre el papel
y la lapicera se vuelve pincel.
Tachar, re escribir, impulsar y plasmar
Escribo rápido para que
el corazón no se muera,
para que la mente se calme
y para que al fin el alma grite,
gire, vuele y así vuelva a mi.
Ruego, ruego con carácter de benevolencia que la literatura
jamás muera,
que los escritores derramen
con fervor y que nuestras palabras salven a los encadenados de esta dormida,
pero no muerta, civilización.