Helado de vainilla con leche de coco.

Hace frío. Acabo de ponerme la campera al reves a propósito y me subo a mi bicicleta para comenzar a andar sobre la calle España, bueno técnicamente es una avenida pero, acá en San Juan existen pocas avenidas dignas de ser nombradas de tal forma. Por ejemplo, la calle cinco es una ruta, no una avenida, pero yo le digo avenida porque la veo digna de una avenida ¿cómo va a ser una ruta algo que no tiene pinta de ruta? Es algo así como cuando te dicen "tenes cara de llamarte Agostina" pero en realidad te llamas no se ¿Andrea? Y seguís pensando que esa persona sería aún más genial si se llamara Agostina, como si un nombre determinara a las personas, pero te juro que si, las determina de una forma poética o literaria.
De ahora en más mi nombre ya no es solo un nombre para mis amigos y amigas, ahora cada vez que lean un "Yohana" en algún libro, poema, propaganda, obra o lo que sea, voy a venir yo a sus mentes, como ellos vienen a la mía. Aunque tengo cara de Elizabeth, y mira que muy alejados no están.
Es increíble como los nombres nos marcan, es genial como no nos olvidamos de ellos y mucho menos cuando esa persona marcó algo en nuestras vidas. Yo todavía me acuerdo del nombre de mi seño de tercer grado: La seño Inés. Era una maestra hermosa, llena de rulos rubios y tez morena, con una sonrisa que te juro te llenaba el corazón de brillantina. Siempre que la veía llegaba corriendo a abrazarla fuerte, acto seguido ella se ponía en cuclillas y me daba un beso enorme en la mejilla. La seño Inés solo estuvo unos meses con nosotros, era suplente, cuando se despidió lloró mucho, todos lloramos. Su último día de clases corte rosas y calas del jardín de mi casa, con ayuda de mi hermana. Al llegar al grado traía el ramo escondido en mi espalda, como esas películas yanquis cuando un enamorado va a sorprender a su amada, estaba nerviosa, pero demasiado ansiosa, necesitaba que ella viera las flores pero no solo porque eran lindas, sino porque quería que ella me recordara de alguna forma. Al momento de sacar las flores me temblaba todo, tenía los cachetes re colorados, ella me miró, saqué el ramo y ¡zaz! La seño Inés se puso tan feliz que me abrazó como por cinco minutos, largos cinco minutos. Fui tan feliz esos pocos meses, que por ahí me acuerdo sin querer y sonrió. Ese fue el último día que vi a Inés en mi vida, no la vi nunca más, por ahí fantaseo con que me la cruzo en algún negocio, o en alguna feria ¿seguirá teniendo rulos rubios o ahora serán blancos? Cuando me vea ¿sabrá quién soy? ¿Se acordará por ahí del ramo de rosas y calas? Ojala que si, y sino bueno, es normal, está bien, ojalá nos podamos volver a abrazar. Inés es un nombre genial, dulce y alegre, pero porque la seño Inés le dio un re lugar prestigioso, digno.
¿Que sabor tendrá mi nombre? Yohana, Y O H A N A,  YO-HA-NA, yohana come banana diría mi sobrina. Yohana tiene dos vocales, y se lee sin arrastrar la H, si, es muda la H, pero hay cada uno que me dijo YOJJJJJJANA. En fin, Yohana ¿tendrá sabor dulce mi nombre, será salado o amargo? ¿Que color tendrá? ¿Será rojo, rosado, violeta, turquesa, verde? ¿tendrá algún sonido de canción? ¡oh! Que hermoso ¿cómo se cantará mi nombre?
En fin, hace frío y estoy yendo en bici hacia la facultad de artes, por la calle España. Apenas es otoño y la gente ya anda con gorro de lana a las siete de la mañana, esos gorros que seguro a las doce del medio día ya van a estar durmiendo en mochilas, bolsos o carteras. 
  Todos van mirando a todos, yo no voy mirando a nadie, pero a la vez los miro, casi sin darme cuenta, es como cuando estas leyendo un libro y sin querer vas por el capítulo veinte. La gente mira a otra gente porque mirarse a sí mismos siempre es un problema, mirar sus vidas es un problema, principalmente mirar hoy en día la vida, con esta crisis económica recordándote que los sueños si cuestan, y plata lamentablemente, te hace no querer mirar mucho tu vida. Pero me pone feliz pensar que todos igual hoy nos levantamos de nuestras camas, nos preparamos el desayuno (algunos), nos lavamos la cara (algunos) y salimos.
Salimos a andar,
Salimos a construir sueños,
Salimos a mirar a la vida con cara de dormidos, pero a mirarla en definitiva
Salimos a escuchar la radio hablando de la crisis,
Salimos a estudiar,
Salimos a trabajar,
Salimos para negarle la entrada a esa bruja que los psicólogos le llaman depresión,
Salimos a pisar hojas amarillas,
Salimos a mirar a los otros, para ver si en alguno también podemos encontrarnos reflejados, y así no sentirnos tan solos
Salimos, lo importante es que salimos,
Salimos, así sin más, y ya eso es la burla más grande a la vida.
Salí en bicicleta con la campera al revés, escuchando a Rebeca Lane narrando en algún rap sobre la liberación feminista.
Ojalá sigamos saliendo, che, y que el agua cada mañana nos lave, nos cure, nos sane, nos empuje hacia delante.
¿Que es amar? Amar es dar alas sabiendo que incluso esa libertad puede lastimar, pero te amo viéndote ser, así, directamente siendo vos, sin yo diciéndote "cambia" "te voy a esperar, porque vas a cambiar" no, yo no te voy a esperar (tampoco debes esperar de mi) y mucho menos voy a pretender que cambies o esperar a que lo hagas porque eso sería no amarte, sería poseerte, sería poner mis expectativas sobre vos y volverte aun más pesada o pesado,no, no, no, yo voy a caminar con vos o lejos tuyo, amándote como espectadora o compañera. Pero en fin, amar es libertad ¡te lo juro! es querer con altos y bajos, siempre para mejor, disfrutando ver al aire fluir, colocando todo y a cada uno en su lugar, cosechando lo que siembra. Entonces voy a decir que yo estoy locamente enamorada de la vida, a pesar de todo, incluso cuando quiero hasta divorciarme de ella la loca de mierda me hace escribir sobre ella.
Hoy salí, porque amo a esta vida, y me tiene loca, tan loca que no hago más que escribir poesía. Porque el amor, el amar, te hace crear a la poesía.
Vida, tu sabor tiene gusto a helado de vainilla con leche de coco.

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