Escupir purpurina.
Mi mamá me decía que guardar tantos sentimientos en el pecho nunca es sano, ya que generalmente el mundo te mira raro por ello, y se termina mendigando leche en el campo a las dos de la mañana. Por eso mismo vamos a ser purpurina en este mundo de agua estancada, para demostrar que el romance aún corre por nuestras venas humanas.
Tenemos que llorar en las fiestas cuando arde troya, debemos reír a carcajadas en los velorios, mientras que a su vez suena de fondo Pasional de Jorge Falcon.
¡A la mierda los corazones atravesados por flechas llenas de espinas!
Hay que ser luz aunque el bosque se llene de penumbras medievales.
Voy a amar todas las veces que sean necesarias, como si fuera la primera vez que mis ojos se encuentren con la primavera.
No quiero drogas, quiero el abrazo fundido de la vida, y mil poemas que me recuerden la locura hermosa que es estar viva.