Tirate a la pileta.

Mira tus pies en la orilla de la pileta, lleva lentamente los ojos hacia el turquesa del agua que se dibuja frente a tus ojos. Aceptate y sácate la ropa, desnúdate, que la luna te alumbre cada parte de tu cuerpo anunciandote que seguís con vida.
Cerra los ojos, toma aire y tirate. Sentí como el agua te cubre por completo de pies a cabeza, sentí como el sonido de la naturaleza se pone en mute haciendo que la burbujas comiencen a subir.
Abrí los ojos, dale, ahora sí:
Mirame. Agarrame bien fuerte la mano y ayudame a salir.

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