Jodido silencio.
La mesa está servida, y estamos uno frente a otro. El tenedor de papá carraspea contra el vidrio de su plato, mientras que mamá no cruza miradas con él y se sirve un poco de agua en su vaso de plástico. Hermana come su tercer plato de fideos, mientras que yo miro el celular contestando algunos whatsapps.
Me percató de un detalle: está la tele apagada y la radio en silencio. Solo se escucha el sonido de nosotros comiendo.
Levanto la mirada, noto que ninguno habla ni cruza miradas. La única charla que se arma es entre mi hermana y mi vieja comiéndole el cuero a una vecina.
Papá y yo no nos miramos, pero algo me dice que estamos pensando lo mismo.
El silencio vuelve a tomar su papel protagónico, de golpe veo a cada uno sumergido en un pensamiento propio.
No sé qué piensa cada uno, pero yo solo pienso en el laburo y en la facultad. Pienso en que me quiero enamorar y no puedo, pienso en las varias veces que compartí cama con sujetos y abrí las piernas solamente por necesidad física, no emocional.
Pienso en que tengo que ir a un psicólogo, pienso en que no puedo perdonar al "Adan" de "Eva", pienso que tengo etapas que fingi cerrarlas, me menti tan bien que hasta me las crei, pero las empuje debajo de la alfombra, siguen ahí.
Pienso que tengo exigirme más, pienso que soy excelente, pienso que todavía tengo que dar más, pienso que me quedo sin tiempo, siempre llego tarde pero de alguna forma llego justo a tiempo, pienso que las horas del día no me alcanzan, pienso que quiero tomar mates tirada en el parque, pienso que me voy a morir y no me asusta, pienso que estoy viviendo y no tanto como quiero. Pienso que quiero aprender a tocar la guitarra, pienso que quiero pintar de nuevo, pienso que quiero llorar, pienso que quiero tomar vino, pienso que no duermo bien, pienso de esa última vez que llore en el bondi de camino al laburo, pienso que llore porque estoy agotada, pienso que tal vez tengo que dejar de decir "dejame yo puedo sola" pienso que necesito que alguien me escuche, aunque todo el mundo lo hace, siento que en realidad nadie me entiende.
Pienso en el trauma de abandono que tengo, del cual me habló la psicóloga. Pienso que eso jamás se lo conté a nadie.
Pienso que debería dormir. Pienso que debería salir.
Pienso en helado, en vino, en sexo, en fotos, en viajes, en cigarrillos, en pasto, en la ciudad sumergiéndose en el atardecer a la orilla del mar.
Papá hace un movimiento y sube el volumen de la radio.
—Que jodido el silencio. No me gusta que esté todo callado.
Murmura para luego volver a agarrar el tenedor y el cuchillo.
Dejo de pensar. Es jodido el silencio.