La pausa
Ante el fin de una crisis emocional, una se ve obligada a la pausa. Más que obligada se ve digna de la misma.
La extinción de emociones temporales crea bloqueos que durán tal vez días, semanas, meses, o incluso años.
Que lindo es el sol asomando despues de tantas largas tormentas.
Despues de tantas lágrimas el entorno se seca, y los árboles comienzan a teñirse de verde. Es momento de la pausa, de esas pausas lindas en las que una se somete a infinidades de placeres. Entre todos esos placeres algo siempre sale muy mal, algo siempre sale muy bien: entonces los dedos comienzan a "picar" y los escritos se empiezan a plasmar.
Mientras tanto disfruto, en paz, de la pausa.
¡Que belleza, que calidez!
El descanso a la mente nunca se sintió tan bien.
La musa deja de ser musa, y entonces la vida comienza la búsqueda de nuevos tiempos, en completa plenitud. Otro comienzo, otra nueva vida. Soy eterna.