Deja la caja



(Escrito de: Morite de amor, cagón)

Parece un disparate, pero no. Paradójico tal vez.
Somos las únicas bestias que se encierran solas, se amordazan solas y se aíslan solas.
Una caja, con un televisor y un buen alcance de Wifi. Auto-cautiverio. Veneno, y lavado de cerebro.
Nadie se entera, nadie sabe qué le pasó al vecino,
por qué llora la chica de la esquina, por qué la señora del almacén tiene un ojo maquillado, por qué Miguel de la verdulería tiene la cara larga, por qué la señora de la casa de la vuelta nunca paga, por qué nada. Por qué nada.
La comodidad también mata, porque no estamos solos. No estamos solos porque nos necesitamos; y, la caja, no quiere que nos acompañemos. La caja no nos quiere en la calle, la caja no nos quiere en lucha.
Lo "mejor" sería darle un beso a esa mujer golpeada, a ese hombre hambriento, a ese pibe laburando la calle, a ese tipo desempleado, a ese viejo con frío... y decirles que todo va a estar bien. Siempre decimos que todo va a estar bien, así esté todo más que claro. Siempre todo va a estar bien. No. No va a estar todo bien si no nos queremos, si no nos admiramos, si no nos defendemos... no va a estar todo bien.
Una caja. Un vicio de encierro, un vicio de burbuja y de cuentos de princesas. Un "Amén" en las redes sociales, emoticones, charlas de celular, fotos de enfermedades, likes, amores vivos en pantalla y muertos en realidad, dejar de comer para la foto, dejar de querer para la foto, dejar de hablar para contestar, dejar.
Dejar el celular en casa, dejar el televisor, dejar la computadora, la tablet. Dejar los enchufes, dejar los cargadores, los cables y los chips que nos están robotizando. Dejar, dejar, dejar la mierda, el ego, la vergüenza.
Dejar la foto en la memoria, dejar la charla para el habla, dejar un "Te amo" para la mirada, dejar el corazón en el pecho. Dejar la amistad en el asado, en el partido, en la reunión, en la vivencia. Que nos arrugue la risa, que no nos lleve la miseria. Ver la noticia en la calle, en las caras. Ayudar sin pedir permiso, sin contarle al mundo y sin auto- satisfacción.
Hay que romper la caja, hay que romper la barrera, hay que romper el miedo, el pánico a la vida, el encierro. Hay que gritarle a toda esa gente que no está sola.
No estás sola, vos tampoco estás solo. Somos muchos.
Si me necesitás, estoy acá.

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