No, no te pido perdón.
Posta que no me dan ganas de quedarme a ver cómo te cagas la vida. No quiero presenciar como te apuñalan por la espalda y después te tiras al vacío.
Me pasé mucho tiempo tirándole agua a tu alma que no hace más que prenderse fuego.
Querés que camine en tus zapatos y de tu mano, que cree películas que no existen y te diga que el arpón que llevas siempre escondido "está bien" sabiendo que tarde o temprano eso mismo te va a arrastrar hacia la mismo desierto que tanto "evitas".
Y es que no me importa que me digas que el libro que lees es una mierda, no importa por donde te muevas: ese libro sigue ahí entre tus manos, entre tu ropa ¡date cuenta!
No haces más que postergar lo inevitable: la verdadera realidad.
No voy a pedir perdón por no unirme al séquito de ciegos temporales que te rodea y del cual sos parte, no voy a pedirte disculpas por pensar que estás matandote lentamente, porque no haces más que patear la pelota hacia el bosque.
No puedo quedarme a ver como crees que todo lo que sentís y haces está bien.
Luchar contra tu corriente es como pelear con el viento.
Todo lo que tocan tus manos lo vuelven cenizas.
Me rehusó a seguirte hacia el hundimiento de tu barca, porque ceder ante tus valores errados es empujarte hacia el acantilado.
El mal no es mi idioma y jamás lo va a ser.