El comienzo eterno.

Me tomo el décimo copón de vino de la noche, entonces me siento en el piso mientras veo como tres de mis amigos se rien entre ellos de lo triste que están siendo.
Yo de golpe no soy nada, y me extrañó sobria obligandome a ser feliz porque "la vida es esto, seguí"; por primera vez estoy triste mientras estoy borracha, será que de golpe una empieza a echarle la culpa al tiempo.
Ya no soy la que era hace unos meses, ahora estoy un toque más rota pero más repuesta, estoy entera. Me reconozco en la tempestad y me abrazo, me abrazo bien fuerte porque si no lo hago yo no lo hace nadie.
Estoy enamorada de mi caos, de este ser que soy y con el cual me case ¡Estoy casada conmigo misma! Que mierda, que triste, qué alegría: me amo así, tal cómo soy. Me aguanto.
Entonces me pongo de pie mientras lucho en no caer en brazos ajenos y terminar abriendo las piernas. Porque de golpe ya no quiero que me toque cualquiera por un rato, me sueño exclusiva. Ya no quiero estar borracha.
Busco amor, busco unir el tiempo con la vida, porque uno sin el otro se van. Necesito equilibrio.
Me tiró en mi cama y agarro el celular, mientras que de fondo Babasónicos suena en el equipo de música, y mis amigos ya cerraron la boca.

"Antes que te duermas quiero dejar en claro que peleas con un espejo de pared"

De golpe estoy harta de todos. Hasta de mi.
Tiró el celular, me tapo hasta la cabeza y me prohibo llorar.
El fin, de un comienzo eterno.

Entradas más populares de este blog

Quien Dice - Salta La Banca

Ultima carta de Frida Kahlo a Diego Rivera

🦇