Hielo

La vida no deja de sorprenderme
Sinceramente este mundo es muy frío
Todo se rodea de hielo y me siento demasiado acorralada; no me dejes que me enfríe por favor, no dejes que me enliste en ese ejército de muertos. No quiero ser parte de ellos, los dedos se me entumecen lentamente y empiezo a llorar porque no puedo moverlos, los necesito, me necesito entera carajo ¡no! ¡no!.
Las grietas crecen tanto que empiezo a notarlas, pero no sé qué hacer, la fuerza para cruzarlas me son escasas y ya no puedo.
Esta es la prueba de fuego, este es el momento ¿es acá donde se usan las alas?
El tiempo se acorta, para no te vayas todavía que tengo que decirte algo ¡espera no podés irte así! ¡no pueden irse así! Quiero despedirme de vos, quiero despedirme de ustedes
Los pies están congelados, las manos, no, no, que no suba el hielo.
Lo veo de pie frente a mi, ¿que haces acá? Tenés razón, no puedo perdonarte y no puedo amarte ¡tengo tanto dolor dentro y es por tu culpa! El rencor. El hielo sube a las piernas.
Lloro, no quiero más despedidas, odio las despedidas porque con cada despedida se va un poco de mí en un solo envión.
El hielo sube.
«No dejes que hielo llegue al corazón»

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