Un escrito mas.
No se que título ponerle a esta entrada, a este escrito. Capaz salga cualquier cosa, cualquier gilada.
Últimamente me estoy uniendo al conformismo hacia ciertas cosas, sin darme cuenta de ello, pero cuando noto ese bulto debajo de la alfombra me sorprendo tanto que me asusto.
¿Es malo que ciertas cosas que antes importaban tanto dejen de importar? La respuesta puede tener diferentes variantes, pero estoy segura de que ninguna acierta.
Supongo que hay cosas que dejó de lado por pura espiritualidad, por necesidad de paz interior. Me desató.
Supongo que hay una causa que lleva al desapego de las cosas, personas o situaciones, un tropiezo leve pero enorme en significado. Pueden existir diferentes "razones" pero no siempre es la que pensamos, siempre es la "mínima razón" sin querer nos da en el pecho, justo ahi en el corazón o capaz más adentro todavía: en el alma. No, no hablo de resentimiento, hablo de daño causado y el efecto ocasionado.
Esos pequeños detalles van uniéndose hasta crear grandes quebraduras. Y para ser sincera le tengo bastante miedo a esa unión devastadora. Porque tarde o temprano se convierten en nuestra piel, en nuestras arterias y hasta en nuestra sangre, terminan creandonos en nuevos seres: más precavidos que ya no se entregan del todo porque saben las consecuencias que pueden venir detrás, en seres más desconfiados, en personas más calladas y tímidas. Nos terminamos convirtiendo en el daño mismo, y aunque siempre lo queramos ocultar termina saliendo apretandonos la vida y acariciandonos el alma. Rasgando.