Quienes somos.
Justo ahora somos algo que tal vez no deseábamos ser antes, seguramente tenemos una característica en nuestro carácter que antes aborreciamos en alguien más, y ahora esta tan pegado a nosotros que ya no lo odiamos sino que paso algo peor: nos acostumbramos.
Posiblemente hay días en los cuales despertas y al mirarte al espejo tu mente hace una pausa entre medio de tantos planes, estrés y frustraciones, te detiene ahí para que ese alguien te mire del otro lado del espejo, sabes muy bien que detrás de esos ojos cansados observandote hay un pasado demasiado inocente, muy soñador expectante casi hambriento de futuro, y no, no ese pasado oscuro sino más atrás de ese pasado. Un nene (o nena) te mira justo debajo de todo eso.
Tal vez creerías más en el amor si tu primera relación en la adolescencia no hubiera sido tan dolorosa.
Capaz amarias el mar como antes, si solo hubieras faltado ese día de natación en el cual te hicieron nadar en la pileta mas profunda.
Seguramente amarias tu cuerpo como sea, si solo alguien te hubiera dicho que sos hermoso mientras todo ese resto gritaba lo contrario.
Posiblemente no le tendrías miedo a que te fallen si la persona principal de tu vida jamas te hubiera dejado de lado como se deja un cuerpo sin vida.
Pero te quedas ahí, dándote ánimos, disfrazando soledades con sonrisas y malos ratos con indiferencias. Todavía duele mucho pero ya no siempre, o capaz que si pero lo pasamos por alto, caemos en el olvido de hasta nuestros propios demonios.
Somos eso que llega a casa y al acostarse por la noche dentro de cuatro paredes, descansa. Somos todo lo que luchamos durante el día, somos la sonrisa que le devolvimos a ese bebé en el colectivo. Somos esa sonrisa que se escapa entre medio del llanto, entre medio de tormentas y nubes grises.
Somos arcoiris en tiempos difíciles, no somos el desgaste, somos eso que a pesar de todo no olvidamos.
Te aseguro que no hay nada como ser lo que somos, sobre toda tormenta.